jueves, octubre 04, 2007

La monarquía española: final del trayecto

Lo voy a decir muy clarito porque la cosa tampoco necesita de mayores rodeos: la monarquía española está muerta. Bueno, quizá no esté muerta, y sea mejor recurrir a alguna metáfora médica del estilo “está en estado muy grave”, “está en coma vegetativo” y chorradas similares. La cuestión es que no hay que ser ningún genio para constatar dos hechos más que evidentes:

1) El 80 o el 90% de la población pasa bastante del rollo monárquico, en el mejor de lo casos, y desprecia/odia/aborrece a este grupito de vividores del erario público, en el peor de ellos.

2) Acontecimientos recientes han vuelto a dejar de manifiesto lo absurdo de vivir en una democracia y a la vez emprender medidas judiciales por el delito de “ofensa a la corona”. Esta absurda parafernalia comienza a repetirse con demasiada frecuencia. Empieza cuando alguien dibuja una caricatura, o quema una fotografía del monarca; después aparece el fiscal de turno pidiendo uno o dos años de cárcel para el autor del presunto delito”; a continuación, la prensa airea el tema para provocar la enésima discusión pública sobre nuestros amigos los reyes; por último, el juez desestima la propuesta del fiscal, la prensa apenas se hace eco de la noticia y nuevos antimonárquicos vuelven a quemar alguna foto o a montar algún pollo en un acto oficial. Y vuelta Perico al torno.

No voy a negar que Juan Carlos tiene todavía algo de tirón (ya se sabe, lo de “campechano” y todo eso) entre la gente, por aquello de que tuvo realmente una labor que hacer en el periodo de la transición democrática. Pero de aquello ya han pasado más de 30 años, y lo que está claro es que nadie va a tragar con su hijito Felipe y su señora doña Leticia. Si tanto queremos los españoles a nuestros reyes, que tengan huevos a organizar un referéndum cuando le toque reinar a Felipe. Ahí sí que nos íbamos a echar unas risas…

Mientras llega el añorado referéndum, estoy muy a favor de joder la marrana con múltiples actos de desobediencia civil, desde la quema de fotografías hasta la publicación de informaciones comprometedoras (y verdaderas) sobre la monarquía, que las hay y muchas, por cierto. Creo además que es necesario extender esta resistencia por toda España, para así evitar que los cafres de ERC y similares se apunten el tanto de ser los únicos que se oponen a la corona. Más que nada, porque no me gusta deberle nada a Carod Rovira y compañía.

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5 Comments:

At 4:01 p. m., Anonymous Anónimo said...

Querido Don Arbusto, los muertos que vos matáis gozan de buena salud. Teniendo en cuenta que la Corona sigue siendo la institución más valorada por los españoles, según las encuestas del CIS, me parece que predecir el pronto fin de la periclitada monarquía es más un acto de voluntarismo que otra cosa. Voluntarismo que, dicho sea de paso, comparto en el plano teórico pero del que hace algún tiempo decidí desmarcarme en el práctico. Como Vd. bien constata, la mayoría, sino la práctica totalidad, de actos anti-monárquicos provienen de la órbita independentista catalana. Su finalidad no es otra que acabar con la monarquía española para de paso proclamar una República catalana. Los ataques a la monarquía son así ataques a la integridad territorial de España. Suena rimbombante y cataclísmico, pero es la realidad. Aquí es donde los españoles, de cualquier ideología, con un mínimo de responsabilidad institucional, histórica e incluso patriótica debemos plantearnos si hacemos o no el juego al independentismo catalán y vasco.
El debate de la forma de Estado, a diferencia del territorial, quedó cerrado con la aprobación en referendum de la Constitución española. No hubo referendum ad hoc para que los españoles decidieran entre monarquía y república, cierto es. Pero España de facto funciona como una monarquía republicana, en la que el Rey no tiene poder político y de eso justamente se trata. En algunas repúblicas europeas el poder del Jefe del Estado es igualmente mínimo: véase Alemania o Italia, donde incluso lo elige el Parlamento y no el pueblo.
El caso que a España le ha ido muy bien en los últimos 30 años de juancarlismo si comparamos este periodo con la siniestra historia que lo precedió.
En los últimos años, bien es cierto, estamos todos hasta las pelotas de letizias-trepas, urdangarines-golfos y marichalares-cocainómanos. Muchos vemos a la Familia Real como parásitos y vividores, exonerados de toda responsabilidad por una omertá periodística que tácitamente se ha instaurado sobre nuestra monarquía. Ahora bien, ¿es este motivo suficiente para reabrir el debate de la forma de Estado de España?. ¿Merece la pena poner en peligro la estabilidad política, económica, social y territorial de España? ¿Es éste el principal problema que tenemos los españoles?
Dicho claramente: mientras no se cierre el debate territorial, si es que algún día se cierra, plantearse reabrir el debate monarquía vs. república sería para España como hacerse el harakiri.

 
At 5:09 p. m., Blogger Sue said...

Hay que ver qué pico tiene el Marqués. Mi opinión es más del pueblo llano: tenemos borbones para rato, aunque no nos gusten, porque aunque a todos nos gustaría quemar fotos del rey, los que realmente lo hacen no son más que unos andrajosos catalanistas. Aunque, a lo mejor, después de lo de "El Jueves" y toda la pesca, se ha abierto una puerta para que tus deseos se hagan realidad algún día. Ya nos reiremos en el asilo, con suerte.

 
At 2:44 a. m., Blogger arbusto el guerrero said...

Marqués de Bradomín: gracias de nuevo por unirse a este foro arbustiano, donde sabe usted que es bienvenido. Suscribo su teoría de que los ataques antimonárquicos que vienen desde las "regiones tetraprovinciales" (Hans dixit) no tienen otro objetivo que meter en el mismo saco a la monarquía y a la vez cualquier cosa que huela a España (¿a qué huele España? Pregunten a Victoria Beckham). Pero, precisamente, esta es la razón por la que en el resto de España se deberían adoptar estrategias contra el Rey, para así demostrar que una cosa es la unidad de España y otra distinta quién se encarga de aparecer como jefe del Estado. En el fondo, supongo, nos encontramos de nuevo con el sempiterno debate "realistas" contra "idealistas": los primeros piensan que, ya que la monarquía tiene buena salud, hay que utilizarla para garantizar la unidad nacional; los segundos siguen (seguimos) soñando con una III República.

Sue: el tiempo de mis lectores es oro, estimada Sue, así que haz el favor de medir bien tus palabras y de no añadir construcciones redundantes (lo digo por lo de "andrajosos catalanistas"). Por lo demás, sería cachondo eso de compartir unas risas en el asilo, aunque yo soy más de disfrutar de una buena jubilación con una chacha cubana que me alegre los días de viejo verde (con el permiso de Copycat, claro, que seguro que para entonces está ya hasta los huevos de mí).

 
At 9:02 p. m., Blogger Hans said...

Coño! Qué precisión en el aserto, Sr. Marqués!.
Nada más que decir.

 
At 9:18 a. m., Anonymous Anónimo said...

al payaso de bradomin;déjate de monsergas y hablemos con palabras llanas y sin abecedario de academia.
la familia real que se vaya ya al carajo,que se enteren que no nos hacen favor alguno restregándonos sus rancias caras cada día,no los queremos aquí,que suelten todo lo que han estado robando hasta hoy y que se larguen así de claro, y tú te vas con ellos a joder a otros borregos que aún siguen pensando como hace mil años atrás

 

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