martes, mayo 08, 2007

Alcohol y tallarines

Bien, vayamos por partes.

Por muy triste que resulte, no puedo negar que me estoy haciendo viejo. Los hechos hablan por sí solos: el sábado pasado rechacé ir a una fiesta en casa de una amiga. ¿Acaso no es el rechazo a una fiesta por la gorra uno de los indicadores más claros de la decadencia física, moral y hasta sexual de todo ser humano? Pues eso, amigos: que Arbusto ya no es lo que era. En mis tiempos mozos no sólo habría salido hasta bien tarde (o bien temprano, según se mire) sino que me habría cascado un par de platos de tallarines con carne (no me preguntéis qué tipo de carne) de ésos que vendían (¿lo siguen haciendo todavía?) los chinos apostados en la Gran Vía. Como me dijo Scotch Brite cuando me visitó hace par de meses: “no sé cómo podías echar esa comida encima de un estómago lleno de alcoholes varios y luego seguir vivo como si nada”. Ahora, vista la cosa con algo de distancia, la verdad es que yo también me sorprendo. De hecho, si tuviera que comerme algo (una hamburguesa, pongamos) después de venir de borrachera lo más seguro es que acabaría peor que el pobre David Hasselhoff.

Lo de comer tallarines de los chinos a las seis de la mañana es algo que apetece hacer un viernes o un sábado. En cambio, si has salido de marcha un jueves parece como que el ambiente está más frío en la calle, aunque siempre es impagable la sensación de cruzarte con la gente que va al trabajar con cara de sueño mientras piensas “pues yo me voy pedo a la cama como un campeón, fíjate tú”. Hubo un día en el que después de salir de la sala Sol alguien propuso acudir a presenciar el programa de Gabilondo en la Ser (muchos años antes de que este individuo “informara” de cadáveres de islamistas suicidas en los trenes de Madrid). La idea no era mala del todo pero, lamentablemente, nos dijeron en el edificio de Prisa que ese día Gabilondo presentaba Hoy por hoy desde otra ciudad de España. A mí, que iba bien cocido y sólo buscaba un buen sillón en el que sobar (y más que probablemente, roncar) aquello me dio igual, pero parece ser que el capullo del guardia de seguridad se sintió muy mal por eso que no pudiéramos ver en directo al gurú de la comunicación en España. Aún recuerdo sus palabras: “Me sabe muy mal que os hayáis pegado un madrugón para esto, chicos, pero es que hoy resulta imposible”. Qué cosas: te llegan unos zombies apestando a tabaco y con aliento a alcohol y resulta que se acaban de levantar. Ni que decir tiene lo mucho que me costó aguantar una carcajada en la cara del pobre hombre…

Pero no todo puede ser malo. Como diría José María García, “quien tuvo, retuvo”. Vamos, que aunque he perdido fondo físico aún conservo mi exquisito toque de balón, mi capacidad para leer los huecos entre la defensa rival y, sobre todo, mi serenidad a la hora de definir ante la portería rival. A final de mes tengo dos bodas seguidas en Madrid y creo que vale la pena volar a España para volver a abrir el frasco de las esencias. Seguiremos informando.

Posdata arbustiana: muy graciosas (por decir algo) las palabras de Zapatero sobre Sarkozy, quien a su juicio “representa a una derecha abierta y moderna capaz de encauzar el anhelo de cambio”. Se supone que eso de expulsar emigrantes era fascista, o eso nos contaban aquí en España… Parece que si se hace en Francia es algo bueno y digno de alabar. En cualquier caso, qué más da. Políticos, os odio.

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4 Comments:

At 1:26 p. m., Blogger Sue said...

Ay, Arbusto, qué tiempos aquellos. Precisamente, hace unos días, nos pusimos a rememorar en un bar tu afición por los tallarines de dudosa procedencia. Recuerdo que alguna vez casi me obligaste a engullir una ración para hacerte compañía y no suicidarte solo, y he de decir que los tallarines me supieron a gloria después de los alcoholes. Y qué decir de nuestra faceta repostera. Qué bien nos lo pasábamos.

Ahora, a parte de rancios, nos hemos vuelto unos finolis, no toleramos ni alcohol de garrafa ni carne de mascota.

 
At 12:18 p. m., Blogger Quic said...

El otro día estuve en la Ser y conté esa anécdota. Un jugador de la NBA se rió mucho.

 
At 3:47 p. m., Blogger arbusto el guerrero said...

Quic: ya veo que se dedica usted a engordar la leyenda negra del pobre Arbusto allá por donde va. Se lo permito por ser usted quien es. Por cierto, por un módico precio puedo ser tertuliano de la Ser (o de cualquier otra cadena) y montarla fina al estilo Arrabal. Dejo en sus manos las negociaciones.

Sue: eso de "nos hemos vuelto unos finolis" será para usted, que ya es una aburguesada de primera categoría. Yo no es que sea más refinado (eso significaría que sólo bebo alcohol del bueno) sino que simplemente estoy cascado, que es otra cosa. Espero que no me den garrafón en la boda a la que voy a acudir a final de este mes...

 
At 7:19 p. m., Blogger Sue said...

No te hagas demasiadas ilusiones, pero se hará lo que se pueda...

 

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