viernes, marzo 30, 2007

Esencias carpetovetónicas

No termino la semana con toda la frescura moral e anímica que desearía. El miércoles se suponía que iba a ser un gran día después de comprarme un nuevo portátil, un cacharro normalito y muy bien de precio que iba a solucionar mis cada vez más preocupantes desencuentros con la máquina anterior. No es que mi ya ex portátil fuera lento y todo ese rollo, sino que últimamente se había convertido en una apetitosa colonia de troyanos y virus varios. Hacedme caso, amigos: cuando se te abre el Explorer (y encima el Explorer, que yo utilizo Firefox) de manera automática, y aparece un correo web de Yahoo! o de Gmail enviando mensajes a direcciones que no conoces es que algo falla. Vamos, que algún hijoputa utiliza tu ordenador para bombardear a otra personas con spam. Mi antivirus dejó de funcionar bien hace ya varios meses, y aunque he intentado con otros paquetes de seguridad el pobre de mi portátil ya ni siquiera podía instalar (y menos poner en marcha a tiempo real) un programa que pesara 30 o 40 megas. Conclusión: el muerto al hoyo y nuevo ordenador al canto, por supuesto cortesía de la tarjeta Visa (aunque la Visa siempre llama dos veces, como el cartero). La putada es que el cacharro lleva incorporado el Windows Vista y yo, de momento, no tengo ni idea de cómo manejarlo. Sí, ya sé que alguno pensará eso de que más tonto soy yo de darle el dinero al tito Gates, pero es que no voy a pagar el doble por pasarme a Mac y meterme, de paso, en otro monopolio igual o más peligroso.

Contadas/expurgadas mis vicisitudes informáticas, propongo una de esas breves e intrascendentes reflexiones de quien ve acercarse el fin de semana. El tema de hoy es, básicamente, el siguiente: de cómo los iconos culturales norteamericanos son absorbidos España. O, más que absorbidos, asimilados y reconfigurados con un peculiar y perenne toque carpetovetónico. Se me ocurre por ejemplo el caso de series televisas como Siete vidas, inspiradas en sit coms tipo Friends, que mantienen el esquema apartamentos-con-mucha-gente-entrando-y-saliendo pero siempre con la peculiaridad que consiste en añadir la figura bufonesca de uno o varios individuos con acento andaluz (sevillano o gaditano para ser más concretos, aunque también puede ser el cordobés del portero de edificio en Aquí no hay quien viva); la figura de la chacha andaluza estilo la Juani en Médico de Familia es opcional pero no por ello menos socorrida, porque ya se sabe que queda más simpático y menos clasista/racista que sacar a una ecuatoriana o a una colombiana haciendo el trabajo sucio de la casa (que es lo que sucede mayormente hoy en España).

En cualquier caso, no hay variante española que me fascine tanto como la parafernalia que rodea las despedidas de soltero/a. Hace unos años estas fiestas no se hacían, es decir, que la gente podía pillarse una borrachera con los amigos (servicio de prostitutas opcional) antes de casarse, pero de un modo más artesanal y casual. Ahora ya se sabe que no hay boda sin despedida en toda regla: hay que pagar un local, pagar a las chicas (o a los chicos), montarla bien gorda para que luego la cosa dé que hablar (aquí normalmente quien da la nota es la divorciada de turno) y todo eso tan edificante y catártico. Pero hete aquí que los yankies, en el momento de importarnos sus horteradas, ignoraron la capacidad de los españoles para añadir dos elementos altamente simbólicos a un evento originalmente representativo del American way of life.

Estoy hablando, por supuesto, de la vaquilla que la gente sale a torear después de ingerir una conveniente cantidad de alcohol a una conveniente velocidad. Y es que en una buena despedida no sólo tiene que haber comida, bebida, tetas y/o rabos por doquier, sino un pequeño ruedo en el que sentir el cálido roce de la testuz del animal topándose con nuestras costillas. Más fascinante aún es ese segundo elemento consistente en colocar un tricornio en la cabeza de la futura casada. Puedo admitir que las chicas se coloquen en la cabeza un pene bien hermoso (puestos a ser vulgares, qué más da) pero aún sigo sin explicarme donde está el sex appeal de una prenda tradicionalmente asociada a guardia civil paleto haciendo control de alcoholemia en carretera comarcal. Sin duda alguna, los caminos de lo cañí son inescrutables.

miércoles, marzo 28, 2007

¿A quién hay que fusilar?

Empezaré por lo bueno. El sábado pasado Copycat y servidor nos corrimos una buena juerga para celebrar su cumpleaños. Hubo algún momento de tensión cuando el guardia de seguridad apareció para “amonestarnos” por ruidos en el edificio pero, después de una conversación bien llevada, pudimos continuar la fiesta unas horitas más. Gustó mucho entre el pueblo nuestros generosos cinco litros de sangría, así como las cuatro tortillas de patatas que se prepararon para tan magno acontecimiento. (Bien es cierto que para las dos últimas tortillas utilicé a mis queridos vecinos rumanos, que llevaban tiempo diciendo que querían aprender la receta de la tortilla. Así que les toqué en su puerta y les dije que en media horita en casa para cortar cebolla y patata. Subcontratación de mano de obra barata: ese gran invento).

Seguiré ahora por lo malo. Dijo ayer esa escritora de bajo perfil que es Almudena Grandes que ella “fusilaría” a dos o tres periodistas de la derecha “cada mañana”. De nuevo, una asalariada del grupo Prisa impartiendo lecciones de democracia. No es de extrañar que ésta sea la misma persona que en los últimos días del gobierno de Aznar fue a la feria del libro de La Habana para criticar (¡desde allí!) que España vivía una dictadura. ¿Y por qué no te quedaste allí, maja, y de paso te pones a dieta como Maradona?

Otro gran demócrata de nuestra historia, el mediocre poeta Rafael Alberti, se ganó cierta fama durante la guerra civil escribiendo (anónimamente) una sección de periódico titulada A paseo, en la que se disparaba públicamente contra algún aristócrata o similar que estuviera huido del bando republicano. Aunque no se decía de manera explícita, primero se escribían unos versos de burla y luego se mandaba al personaje en cuestión "a paseo", que es viene a significar algo así como “si lo ven ustedes, arréstenlo y péguenle un tiro en nombre de la revolución socialista”. Alberti estaba tan cegado por su amor a Stalin (a quien visitó junto a su mujer en 1937, cuando ya había millones de cadáveres en la URSS) que no tenía problemas en decir el nombre del fusilado deseante/deseado. La señora Grandes, muy refinada ella, prefiere mantener la elegancia que se le supone a quien publica en El País.

Dice ahora Benedicto XVI que “el infierno existe y es eterno”. Hoy más que nunca, el infierno somos nosotros.

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martes, marzo 20, 2007

DJ España

- Hola. ¿Puedo hablar con DJ España?

- Sí, soy yo. ¿Quién eres?

- ¡Hola, DJ España! ¡Soy yo, Vic II! ¿Qué tal va todo? [a partir de aquí la conversación sigue por los cauces habituales]

Estas han sido las primeras palabras de la conversación telefónica que tuvo lugar ayer cuando alguien llamó al teléfono de casa a eso de las cuatro de la tarde. Me levanté del sillón (juro que no estaba sobado, no al menos a esa hora) y cuando descolgué el aparato me encontré con la ya citada coña de preguntar por DJ España. Pero, ¿cómo empezó toda esta historia?

Hace unas semanas conté mis tortuosas aventuras en una fiesta de cumpleaños de ésas que no prometen nada y que luego acaban con bastante juerga. Dado que para los anfitriones de la fiesta la expresión “poner buena música” equivale más o menos a “machacar a los invitados con salsa durante cinco horas seguidas”, no pude evitar la tentación de reventar un poco la cosa y pinchar algún tema de incógnito que valiera mínimamente la pena. Tras revisarles la estantería con más pena que gloria (a esa hora de la noche uno ya no enfocaba demasiado bien, para qué negarlo) encontré el primer disco de los Oasis y me descolgué con Supersonic, un tema más que decente que sin embargo sólo arrancó la aprobación de un borrachuzo alemán (valga la redundancia) que luego se confesó megafan del grupo británico. Después de mi primera canción la cumpleañera en cuestión sacó el disco de Oasis y volvió a poner la puta salsa, pero al menos mi hazaña no pasó desapercibida para una simpática chica que decidió bautizarme como DJ Español, a.k.a. DJ España o DJ Espania. A mí me habría molado más lo de DJ Hispania, por aquello del Imperio Romano, pero a estas alturas ya no puedo cambiar mi nombre artístico.

Este jueves Copycat cumple años y con la excusa de la onomástica vamos a montar una fiesta por aquí que va a arder Troya. Será el sábado, y todos los compañeros del curro de Copycat ya están expectantes por ver la primera sesión en directo a cargo de DJ España. Tengo preparado un exquisito repertorio compuesto de:

- Pop británico 1980-90s: The Cure (“High”, “Friday I’m in Love”), The Smiths (“Panic in the Street of London”) y Suede (“Trash”, “The Beautiful Ones”), entre otros.

- Canciones facilonas pero con estilo arbustiano: Blur (“Girls and Boys”), Franz Ferdinand (“Do You Want To”) y el imprescindible “Twist Contest” que aparece en la banda sonora de Pulp Fiction.

- Clásicos de los que siempre funcionan: Velvet Underground (“There She Goes Again”), The Beatles (“Twist and Shout”, ¿”I am the Walrus”?) y algo de Beach Boys, si es que Copycat me lo permite (a ella no le van los coros playeros).

A modo de epílogo, tengo pensado también planificar una rave privada con una surtida colección de baladas heavy, siempre muy agradecidas cuando el personal anda bien cocido. De momento, es una bala que me guardo en la recámara, pero que conste que he avisado en este blog.

Y todo esto teniendo en cuenta que mi salón es de unos 20 metros cuadrados (15 metros quitando sofá, televisión, mesa y estantería) y que 20 o 25 personas piensan acudir a tan elitista celebración. Para desahogar el ambiente estoy dispuesto a permitir que algunos se tomen las copas en nuestro dormitorio, siempre y cuando estén bien tranquilitos y no toquen nada. Y cuando digo “nada” incluyo tanto materia inerte como tejido vivo, porque si a algunos modernos se les ocurre montárselo (o hacer amago de montárselo) en mi tálamo nupcial, juro que entro en la habitación y los saco de la casa a hostias. Lo siento, amigos, pero es que yo soy muy de la vieja escuela para algunas cosas. Como de dice en mi pueblo: “a follar al río”.
Posdata arbustiana: Miguel Bosé apesta, y además de verdad. ¿Por qué no se está quieto, se dedica a vivir de las rentas y deja de molestar con sus idioteces?

lunes, marzo 12, 2007

Una reflexión aparentemente intrascendente pero que sirve para entender el post de abajo y también los últimos que he escrito

Últimamente he reducido mi ciberactividad a una entrada por semana, en lugar de las dos (o incluso tres) que me cascaba meses ha. También he limitado bastante mis áreas de interés, y ahora me ocupo sobre todo de idioteces sin trascendencia que encuentro en televisión y en internet. Como todo en la vida, nada de esto es casual. Cuando puse en marcha este blog hace casi dos años mi intención (no mi única intención, en cualquier caso) era darle caña a la clase política española, algo muy fácil vista la mediocridad endémica de esa gentuza que se encarga de la res pública. El problema es que el tema ha dejado de hacerme gracia, porque percibo que España avanza hacia un radicalismo que me preocupa enormemente. Y todo gracias a la pestilente marea de acusaciones, insultos y otras cosas peores que se viene formando desde el maldito 11 de marzo de 2004 (¡buen trabajo, servicios secretos marroquíes!). Cada vez que leo o escucho algún medio de comunicación me doy cuenta de que el país está fracturado, y por eso no me apetece entrar a formar parte de esta macabra situación. A miles de kilómetros, en mi exilio de Kabul, no puedo dejar de percibir el espíritu cainita tan inherente a los españoles. Creo que hasta que no pasen las elecciones generales (¿tocan en 2008, no?) la cosa va a ir incluso a peor. Después, no sé qué pasará, pero hasta entonces lo único en lo que puedo pensar es en taparme la nariz para no oler la mierda.

Hace unos meses prometí no escribir de política nacional y creo que he cumplido bastante bien. De momento intentaré seguir con esta ley del silencio, aunque me reservo el derecho de opinar sobre política siempre y cuando sea más allá de las fronteras de la magna España. Ya sé que es un poco injusto dar lecciones a los demás sin haber puesto orden antes en mi casa, pero esto es lo que hay, amigos... Aquí abajo me marco un breve post sobre mi estimado Hugo Chávez, energúmeno iletrado donde los haya.

Hugo Chávez, el liberador


La semana pasada, George W. Bush estuvo de visita en Brasil y Uruguay. Parece que al liberador Hugo Chávez (con millones de admiradores en España, por supuesto) no le gustó el viaje de Bush y, para dejar claro que la demagogia populista es el régimen del futuro, decidió montar el enésimo espectáculo anti-Bush y pro-Fidel. Lo curioso del asunto es que esta vez la manifestación ni siquiera se organizó en Caracas: el egregio líder panamericano decidió irse a Buenos Aires para darse un bañito de masas, con el gobierno de Kirchner gastando recursos públicos para que el mesías latinoamericano estuviera bien cómodo riéndose de Estados Unidos. Según los cálculos del Instituto de Investigación Arbustiano, se estima que Chávez apareció con el puño en alto en al menos un 30% de las fotografías, un registro aceptable pero que puede ser superado con facilidad (anda que si Fidel se recupera, Huguito, esa fiesta sería la bomba, ¿eh?) Como no podía ser de otra manera, Chávez levantó el puño con Hebe de Bonafini, a quien ya conocemos en España por visitarnos de vez en cuando para recordarnos los buenos que son los asesinos de ETA. Dijo la Bonafini el otro día,

“y ahora a mis queridos hijos, a los 30.000, el sueño de la unidad latinoamericana y el socialismo del siglo XXI viene con fuerza y caminando y lo gritamos en nombre de nuestros hijos:¡¡FUERA BUSH DE AMERICA LATINA!! Queridos hijos guerrilleros y revolucionarios la sangre de ustedes florece hoy en esta Latinoamérica unida”.

Entre banderas del Ché Guevara, de Perón (pocos dirigentes han sido tan amigos de Franco como Perón, así que no sé qué tiene de izquierdas) y las sempiternas soflamas anti-imperialistas, en Buenos Aires pasaron un buen rato ventilando sus frustraciones internas mientras Estados Unidos firmaba convenios comerciales con Uruguay y Brasil. Sí, claro, ahora me diréis que “para tener la ayuda de Estados Unidos es mejor no tener nada”, pero es que las cosas no cambian de la noche a la mañana y Argentina todavía depende de la que es, nos guste o no, la primera potencia mundial en estos momentos.

Por cierto, que dijo el eximio presidente de la República Bolivariana de Venezuela que Bush ya no huele a azufre, sino a cadáver. A mí lo de Argentina me huele también a cadáver, y además sin algodón en las fosas nasales: malos tiempos cuando un gobierno se encierra en un modelo autárquico y culpa de todos los males a un maligno enemigo exterior. Las consecuencias de todo este circo son más que previsibles.

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lunes, marzo 05, 2007

Cómo encontrar una mujer rusa

La semana pasada pasaron por Kabul el amigo Scotch Brite y señora. Aunque el frío del invierno no hace que sea éste el mejor momento para recibir visita de la soleada España (como diría Michael Jackson), Copycat y quien les habla intentamos hacer la cosa lo más amena posible.

Aunque puedan denunciarme por publicar detalles privados, he de decir que los señores de Brite se convirtieron rápidamente en adictos a los reality shows que tanto éxito tiene en chez Arbusto. Al bueno de Scotch le interesó especialmente el programa America’s Next Top Model, una versión algo diferente del reality que estrenaron el año pasado en Cuatro. Le llamó especialmente la atención lo competitivas que eran las aspirantes a modelos incluso desde el primer día en el concurso, siempre dispuestas a explicar al jurado por qué ellas debían ser las elegidas para cumplir el gran sueño americano. Nos sorprendió sobre todo una rusa de 21 años que se puso a proclamar a los cuatro vientos las bonanzas de esa tierra de la libertad llamada Estados Unidos de América, “el país que ha cambiado mi vida y al que se lo debo todo” (ya sabemos cómo son los conversos). Preguntada por cómo llegó al país, la chica dijo que se casó con 18 años con un yankie que la conoció a través de una agencia de contactos... y que tenía por entonces 40 tacos en el cuerpo. Scotch Brite no pudo evitar cierta repulsión al pensar en lo que esa tía había llegado a hacer con tal de emigrar a los USA.


El día siguiente, tomando unos vinates con mi buen amigo Canguro3, comentamos aquello que habíamos visto en televisión. Fue entonces cuando mi muy cultivado colega nos dijo, con total familiaridad: “¿Y de qué os sorprendéis? Hay decenas de páginas web con mujeres rusas que están dispuestas a casarse para salir del país. Entra a Russian Brides y lo verás”.

Ni que decir tiene que este fin de semana eché un ojo a la cosa. Me sorprendió, en primer lugar, lo bien montado que tienen el chiringuito. Se puede hacer una búsqueda según los siguientes criterios: 1) Edad; 2) Altura; 3) Peso; 4) Niños (“sí” o “no”); 5) Ciudad (Kiev, Moscú, etc.); 6) Nivel de inglés.

Como una imagen vale más que mil palabras, aquí presento los perfiles de cinco chicas escogidas (más o menos) al azar entre las miles que se ofrecen en subasta. Estas son algunas de las candidatas a "emigrante-que-se-casa-con-camionero-de-Estados Unidos":




EVGENIA.
21 añitos, 1,75 metros y 50 kilos. Se declara simpática, agradable, seria, honrada y sensual (modesta parece que no es, desde luego). Le encanta nadar y salir a correr un poco cada mañana. Busca a un hombretón inteligente y responsable, que cuide de ella y sepa tratarla como a una dama. Edad del candidato: entre 25 y 48 años.







VALERIA.

25 años, 1,73 metros y 54 kilos. Le gusta leer y cocinar, y valora sobre todo que los hombres la hagan reír y, sobre todo, no mientan. Busca un hombre romántico entre 25 y 40 años.







ELENA.

31 años, 1,64 metros y 50 kilos. Trabaja como científica en la ¿cálida? localidad de Voronehz. Una chica de buen corazón que adora a los niños, estar en casa y coser por la noches. Busca un hombre que tenga buen carácter (borrachos maltratadores abstenerse) y que sea culto e inteligente. Acepta maridos de cualquier edad.






SVETLANA.

Esta mocetona tiene 24 años, mide 1,69 metros y pesa 50 kilos. Vive en San Petersburgo, le gusta nadar y disfrutar de la naturaleza. Busca a un macho que sea serio e inteligente, pero dulce y generoso a la vez. No está dispuesta a tragar con viejunos: sólo quiere hombres entre 25 y 35 años.






TATIANA.

20 añitos como 20 soles. Mide 1,67 metros y pesa 51 kilos, le gusta practicar deporte y bailar, y desearía encontrar a un hombre que sea tierno y que tenga un gran sentido del humor. La edad parece no ser problema para este pimpollo: busca hombres entre 18 y 60 años.

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