jueves, agosto 31, 2006

La bandera de los EE.UU.

The Care and Display of the American Flag. Hace un par de años me compré este libro en Chicago y creo que ya va siendo hora de sacar algunos extractos en este blog. La cosa resulta interesante porque uno se encuentra con toda la legislación que existe en los Estados Unidos referida a la banderita de marras. En la introducción del libro, un tal Bret Witter cuenta la historia de este peculiar símbolo, desde su creación hasta que en 1942, un año después de Pearl Harbor, el congreso aprobó el Código sobre la Bandera Nacional. En el título 4, capítulo 8, sección 8 (j) de este código se establece lo siguiente:

The flag represents a living country and is itself considered a living thing.

(“La bandera representa a un país con vida, y será considerada una cosa con vida”)

En el prólogo del libro, se explica lo siguiente: “No hay que olvidar que la bandera que tienes en tu casa es una cosa con vida. La ley no dice que la bandera tenga que ser tratada como algo viviente, sino que tiene que ser considerada como tal. Y, como cualquier cosa con vida, tienes que cuidarla, y siempre tienes que tratarla con respeto”.

Me resulta imposible, por cuestiones de espacio (y falta de ganas, por qué negarlo), transcribir todo el código banderil. Muy brevemente, puedo indicar que se divide en las siguientes secciones:

- Historia y significado de la bandera estadounidense (las barras, las estrellas, el número de estrellas, los colores, las medidas y proporciones).
- La bandera estadounidense en la vida pública (respeto a la bandera, el saludo civil, el saludo militar, la bandera en desfiles, la bandera en transporte público, etc.)
- Cuidado y despliegue de la bandera estadounidense (días adecuados para colgar la bandera, clima adecuado para sacar la bandera, cómo sacarla por una ventana, etc.)
- Abuso de la bandera estadounidense (agresiones a la bandera, envolverse con la bandera, hacer publicidad con la bandera, etc.)

A mí, al menos, lo que más me interesa es la cuestión de las prohibiciones. Veamos, por ejemplo, lo que dice el título 4, capítulo 1, sección 7 (b): “La bandera no debe ser colgada o envolver la capota, los lados y la parte trasera del vehículo”. Se deja bien claro que la única manera admitida por la ley (otra cosa es lo que hagan los paletorros) es colocar la bandera en la parte delantera derecha del coche, como hacen los coches oficiales. Una segunda opción, sugerida en mi libro, consiste en colocar una bandera dentro del coche para que se vea a través de la ventana.

Otra prohibición que me llama la atención es el énfasis que se pone en que la bandera consiga “volar libre”. Para conseguir esto, el título 4, capítulo 1, sección 8 (b) estipula que: “La bandera nunca deberá tocar nada debajo de ella, como el suelo, agua o cualquier mercancía”. Se explica en el libro que la bandera no puede volar libre si está puesta sobre una barandilla, o sobre un banco, así que conviene cambiarla de sitio si esto sucede. Poner una bandera en la tienda, cubriendo parcialmente cualquier género, se considera “especialmente grave”, porque no sólo no vuela libre al viento sino que además puede estar siendo utilizada para anunciar determinados productos. Y, como dice el título 4, capítulo 1, sección 8(i): “La bandera nunca deberá ser usada con propósitos comerciales de ninguna clase”.

No me enrollo más. Quien esté interesado en el tema, que se compre el libro por internet o que me invite a su casa para que se lo enseñe (canapés+menú+café incluidos, gracias). Por cierto, que iba a poner una foto de la bandera al principio de este post, pero como están tan susceptibles con eso de respetar a algo que tiene vida propia, pues mejor tengo cuidado con el tema...

3 Comments:

At 9:56 a. m., Blogger Hans said...

Una entrada para compensar al Supermán comunista? ;-D
Bueno, que ya sabes que cuando queráis, gustaremos de recibiros en Zaragotham para examinar el libro. O no. :-D

 
At 1:32 p. m., Anonymous Anónimo said...

Veo que en Chicago te dedicaste a comprar libros que, efectivamente, en España son imposibles de encontrar. Como el que me trajiste de regalo. Bueno, no era exactamente un libro, pero el álbum de recortables de Ronald Reagan y sus vestidos es mítico.

 
At 3:14 p. m., Blogger arbusto el guerrero said...

Un libro de recortables de Ronald Reagan es el típico regalo que sólo puede hacer Arbusto. Usted bien lo sabe, estimada Sue.

 

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