miércoles, noviembre 09, 2005

Apodos

Hoy hacían mención los Haters a algunos de sus compañeros de instituto. Al ver que mencionaban a alguien llamado el chino, me ha venido a la cabeza una serie de apodos arquetípicos que se repiten invariablemente en cualquier pueblo de la piel de toro. Espero que el desocupado lector ponga cara a los siguientes alias:

- El pepino: suele ser por la cabeza alargada.
- El latas: el mecánico del lugar.
- La Monster: cruel apodo para una chica no muy agraciada.
- El guapo: versión irónica del apodo anterior.
- El feo: versión realista del apodo anterior. Yo casi lo preferiría, la verdad. El alias me recuerda a un chico muy malo que jugaba en mi equipo de juveniles. Por eso lo ponían de lateral derecho: para que al cagarla no se notara tanto.
- El morcilla: no sé la razón para el apodo.
- El cartucho: tampoco lo sé.
- El-del-alcalde: hijo del alcalde, no importa hace cuánto tiempo que el que el padré gobernó.
- El viudo: motivos obvios. En mi pueblo, el viudo tienen una ferretería en la que con un poco de suerte te puede atender… su mujer. No me preguntéis por qué.
- El conejo: de paletas compactas.
- El pastis: obvio. Se admiten variaciones tipo el porris, el porro, etc.
- El dormido: ése era yo por las mañanas del instituto (y lo sigo siendo, para qué negarlo).

4 Comments:

At 4:20 p. m., Anonymous Anónimo said...

Te olvidas de algunos también muy comunes, como "el rata", "el moro", "el gordo" o incluso "el quillo"...
Pero los motes son todo un mundo en el que se puede innovar. De los que yo conozco me quedo con "Gargamel", para uno de mi curro que es clavado al malo de los pitufos; "Frambueso", para un informático pelirrojo que suele ir de rojo y "la Mediovario", para una muchacha algo precoz que a los 13 contrajo una enfermedad venérea y le tuvieron que extirpar un ovario. Todo un ejemplo de crueldad infantil.

 
At 4:34 p. m., Anonymous Anónimo said...

Y no te olvides, Sue, del "Calamar Gigante", una modalidad de "El Pulpo" que sirve igualmente para designar a quien tiene las manos muy largas (y la mente calenturienta).

 
At 1:49 a. m., Anonymous Anónimo said...

...los que yo recuerdo de mi adolescencia no eran tan comunes, pero tenían su gracia:
- el bitu (siempre llevaba unas zapatillas de deporte marca "biturbo")
- el lechuga (ni idea de dónde vino éste apodo)
- los mellis (dos hermanos, os lo podéis imaginar)
- el pirata (kioskero con muy mala leche)
- el speacking (irónico, no habría la boca ni para comer)
- el oreja chica (pa verlo)

y muchos más, lo raro en mi barrio era que alguien no tuviera su mote, por supuesto yo también tenía el mío

 
At 11:13 a. m., Anonymous Anónimo said...

Se te ha olvidado "el Chuster", apodo que se le ponía al niño rubio que parecía sacado de un anuncio de mantequilla alemana.

 

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